Sin océanos el planeta sería inhabitable
El mes de junio de 2019 fue el más caluroso de la historia de nuestro planeta desde que se tienen registros, y este mes de julio va por el mismo camino. Europa se asfixia bajo la segunda ola de calor de este verano, que está registrando temperaturas récord, con zonas de Francia que han alcanzado los 45,6º C.
Pero desde hace años el calor asfixiante no solo se vive en la superficie, también en los océanos, donde la temperatura del agua se ha disparado: 2018 fue el año más cálido hasta la fecha.
Esto es debido a que los océanos absorben y acumulan el calor, siendo imprescindibles en la lucha contra el cambio climático. La vida marina que habita en ellos se encarga de capturar el carbono en la superficie y almacenarlo a gran profundidad. Sin este servicio esencial, nuestra atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono y la temperatura del planeta sería tan alta que se volvería inhabitable.
Pero las consecuencias de este aumento de temperaturas para la vida marina son letales, especialmente para los arrecifes de coral. Por ejemplo en Australia, durante una de las últimas olas de calor, murió un tercio de la Gran Barrera de Coral. Otras especies, como las ballenas, se ven obligadas cambiar sus rutas y periodos de migración en busca de alimento.
En cuanto a las tortugas marinas, el calentamiento global está generando más hembras, al aumentar la temperatura de la arena donde ponen los huevos, lo que podría poner en peligro el futuro de estos reptiles. A esto hay que sumarle otras amenazas omnipresentes en nuestros mares como la contaminación por plásticos, la sobrepesca o la minería en fondos marinos.
Como las aguas de alta mar están fuera de las fronteras nacionales, la realidad es que menos del 3% de los océanos están protegidos, dejándolos expuestos a estas graves amenazas. Por primera vez en la historia los Gobiernos de todo el mundo están trabajando en un Tratado de los Océanos en el seno de Naciones Unidas.